No tengo mucho que decirte, y no pretendo que mis palabras lleguen a herirte...
Muy dentro de mi siento que ya te perdoné, pero los recuerdos de esos días de amargura y de dolor, esos momentos de quebranto y desolación en los que necesité de ti, siguen presentes en mi, y he llegado a pensar que hasta cierto punto, jamás dejaré de recordarte como "traidor" ...
traicionaste a tu hija, traicionaste a tu sangre ¿y así te llamas siervo del señor?
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